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lunes, 9 de julio de 2012

Capítulo 25. El llano de los llaneros



Hemos visto el llano con ojos de extraño: los del hombre del interior, que llega a él como turista, explorador, investigador, aventurero…
Pero el llanero, el hombre de las sabanas, lo ve y lo vive en forma diferente. Donde el no llanero solo ve la llanura ilímite y hermosa, el llanero ve mucho más, porque él, desde lejos, por los matices y las manchas del paisaje deduce circunstancias y realidades: por ejemplo, si los pastos que se vislumbran son naturales o artificiales, o sea sembrados; desde largas distancias determina si en un lugar hay ranchos; dónde hay atajos; si ciertas sombras que se ven a lontananza son reses; de dónde vienen y por donde van y para donde; si hay bebederos, caños o lagunas; dónde se puede guarecer y dormir; cuales son las señales que delatan la presencia de caimanes, pumas, jaguares, serpientes e indios …
Es que el llanero, insensiblemente adquiere la capacidad de captar y resolver los problemas de la vida y del mundo.
Su vida, por tanto, es diferente de la nuestra. Nosotros sabemos muchas cosas que ellos no saben, como leer o escribir, pero nosotros, a la vez, ignoramos lo fundamental de su vida: ignoramos que es un rodeo, por ejemplo; no obstante que es, pudiéramos decirlo, la actividad más importante del llanero. El rodeo es un trabajo primordial, necesario, siempre urgente, puesto que mediante él, en una región en donde “la propiedad que se mueve no es propiedad”, se determina la propiedad de los ganados extraviados, de las vacas paridas y de sus crías, de los mautes, vocablo que no conocemos, voz desconocida para nosotros pero corriente entre ellos, que representa mucho dinero.                
¿Quiénes intervienen en un rodeo y cómo se hace? Quisiera revelarlo, porque rodeos solo ocurren en el llano; pero su revelación es imposible sin saber que es una pica, un orejano, el ojeo, la madrina, el cabrestero y otras voces…
Tampoco conocemos la palabra llanera hato porque ignoramos como se crea… el familiar, cómo es la hierra, el cerraje y la castración de los novillos cómo son  las actividades paralelas: el coleo, las cuadrillas, el parrando y, porque no decirlo, las guajibiadas y las tojibiadas.
Solo quien conozca eso y mucho más, como lo conocen los sindicados, podrá comprenderlos a ellos y al llano y comprenderán porque estos que veis en los banquillos de los acusados no son unos asesinos sino, como dice el poeta y el músico de tiempos lejanos: Los “hermanos de la espuma, de las garzas, las rosa y del sol”.

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