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sábado, 23 de junio de 2012

Capítulo 14. Mente clara corazón valeroso


Este caso es un fenómeno histórico que se ha ido formando poco a poco. Nos presenta un fósil viviente del siglo XV, en las postrimerías del XX.
Solo puede ser sentido, analizado y comprendido por quienes son capaces de mirar y escuchar sin prejuicios.
Para captar su esencia es necesario observar y percibir la realidad, con una mente en extremo clara y un corazón extraordinariamente flexible y valeroso.
Y esa es, precisamente, su dificultad: Casi todos estamos acostumbrados a ser espectadores en la vida y a no tomar parte activa en ella: leemos libros, pero nunca los escribimos; no escribimos siquiera un artículo; vemos deportes, inclusive apasionadamente, pero no los jugamos; observamos a los políticos, nos fastidian sus métodos, pero nunca hacemos la política que ellos no pueden o no quieren hacer; oímos discursos, pero no los hacemos, escuchamos música, pero no expresamos aquella que capta nuestro espíritu; nos extasiamos ante un paisaje o nos impresiona un rasgo de un rostro, pero no cogemos un pincel o un simple lápiz, para conservarlo, por eso hemos perdido la capacidad de captar, de comprender y de expresar.
Por eso los invito a recorrer conmigo, ya que no materialmente, como sería lo ideal, si intelectualmente la vida en el llano y en la selva.

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