Don Miguel de Cervantes
Saavedra, el padre de nuestro idioma el mejor novelista de la lengua
castellana, el creador del inmortal Quijote, puede haber sido también el creador de un
antepasado de un personaje histórico de América: del primero que proclamó y
trató de lograr, la libertad del Nuevo Mundo, y así creador de un antepasado de
uno de los sindicados. Narra Don Miguel el caso de un marido de apellido
Aguirre, como uno de los procesados que, conocedor de que su cónyuge le era
infiel, conocedor de que “le ponía los cachos”, se propuso castigarla y a su
cómplice, pero la situación se le invirtió y quien resultó apaleado fue él. De
ahí el título: “Tras de cuernos palos”.
Pues bien: algún tiempo
después, en 1534, al parecer enrolado con los hombres que trajo de España
Rodrigo de Durán, desembarcó en el Nuevo Mundo, concretamente en Cartagena, una
persona, una entre tantas, que bien pudo ser la del relato cervantino y quizás,
antepasado de uno de los procesados, el portador del gen de la violencia y de
la libertad para quien la pérdida de una vida humana, especialmente en la
Amazonía, así fuera la de un Capitán General, no valía nada: me refiero a Lope
de Aguirre, personaje de una grandeza épica indudable sucesivamente llamado “El
loco”, “El traidor” y “El peregrino”, que en un inexplorado rincón amazónico, Machifaro,
y luego en la Orinoquía, en Nueva Valencia, se dirigió así a Felipe II, el rey
en cuyos dominios no se ponía el sol, al rey más poderoso del mundo: “Rey
Felipe, natural español, hijo de Carlos invencible: Lope de Aguirre, tu mínimo
vasallo, cristiano viejo, de medianos padres, hijodalgo, natural vascongado, en
el Reino de España, vecino de la Villa de Oñate…para mí y mis compañeros no has
sido sino al contrario, cruel e ingrato a tan buenos servicios como has
recibido de nosotros… Avísote, rey español, que he salido, con mis compañeros
de tu obediencia, desligándonos de nuestra tierra que es España, para hacerte
en esta la más cruda guerra que nuestras fuerzas puedan sustentar y sufrir…”.
Ocurrió esto en la región del Casiquiare, en la Amazonía y la Orinoquía, la
región de La Rubiera. Por eso quizás hay entre los procesados un descendiente
de Lope de Aguirre: el hombre cruel, despiadado, asesino, que mató hasta su
propia hija, pero amante, como los llaneros, de la libertad. Como la historia
la escriben los vencedores, no se ha dicho que esa fue la primera y más radical
acta de independencia de un territorio americano y que Lope de Aguirre, el
hombre cruel, despiadado, asesino, que mató hasta a su propia hija, pero
amante, como los llaneros de la libertad fue el precursor. No se ha dicho que
esa fue la primera y más radical acta de independencia de un territorio
americano y que Lope de Aguirre fue el precursor de la independencia del Nuevo
Mundo, por allá en 1560, dos siglos y medio antes que la proclamaran, con menos
franqueza y fuerza, Antonio Nariño, Antonio de Miranda, Bolívar, San Martín y
demás próceres de la independencia.
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