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martes, 17 de julio de 2012

Capítulo 33. Algo de esoterismo


Hay un símbolo sagrado muy difundido en nuestra época: el de los dos triángulos equiláteros entrelazados: el uno con el vértice hacia arriba, y el otro con él hacia abajo, éste viene de las más remotas edades: es el de Salki Chaman de Vishnu, el Sri-an Tara de los arios, el emblema de la perfección entre los egipcios y los pitagóricos, el del agua y el fuego, para los alquimistas, el del macro microcosmos para los cabalistas, la estrella de David para los hebreos, el sello de Salomón de los masones y símbolo de tesoros, rosacruces etc.
Pues bien: curiosamente nuestros indios del Vaupés, los que viven en la Amazonía y la  Orinoquía, o sea en el ámbito de los Cuibas, que no son ni arios, ni judíos, ni teósofos, ni masones, rinden culto a este símbolo, adicionando en su cima con la imagen del sol y de la luna.
¿Será un vestigio de que sus antepasados descendieron del macizo andino, ámbito de la civilización de Tihuanaco? No olvidemos los dibujos de Tiahuanaco en que “la rigidez y las formas angulosas de estas composiciones que en este aspecto recuerdan los dibujos sobre tejidos, son típicas del arte de Tiahuanaco…”

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