- Doctor: ya está escrito y firmado el auto de
detención; pero antes de notificarlo yo quisiera hacerle una pregunta, no sea
que después sea tarde.
-
¿Cuál es esa pregunta?
-
Esa tesis de que “un auto de detención no se le
niega a nadie”, ahora tan en boga, ¿no será un atropello contra los derechos
humanos?
-
¡Los derechos humanos! Esas son tonterías de la
burocracia internacional: Bellas palabras escritas y pronunciadas con la fuerza
que permiten los sueldos en dólares y los escenarios mundiales… con los cuales
todos estamos teóricamente de acuerdo… pero que no pueden cumplirse so pena de
que la sociedad caiga en la anarquía.
-
¿?
-
Sí: ¿Quién no está de acuerdo teóricamente en
aquello del “debido proceso” o de la educación gratuita y obligatoria?
-
Pero ¿Qué sucedería si nos sujetáramos al
procedimiento en el trámite de los procesos?
-
¿O si desasnáramos a tantos analfabetas como hay?
¿No, señor juez?
- Exacto. Sencillamente que las cárceles quedarían
vacías y que no habría quién cultivara la tierra.
-
Yo creo…
- En eso sí tú y yo, secretario, tenemos que estar
de acuerdo, porque es mucho lo que tenemos que perder: Cuando no haya presos ni
analfabetas para trabajar el campo, ¿de qué viviremos? ¿Qué comerán los hijos
nuestros?
-
Pero, señor juez, es que en este caso ni siquiera
se ha establecido la preexistencia de los supuestos muertos.
- No te pongas con sutilezas: Que no se haya podido
probar que los indios existían, no es motivo para dudar que los mataron; y
menos que los asesinos fueran estos llaneros bárbaros.
-
Así que vete a notificar el auto no sea que, como
nueva personificación de Satanás, me hagas caer en tentación de no dictarlo.
Lo importante no es que los autos o sentencias cumplan el debido
proceso, ni que sean justos. Lo importante es que se produzcan.
Dr. Jaime Rafael Pedraza, soy hija de Alirio Sogamoso Sanchez, cuénteme cómo lo puedo entrevistar. Su relato es extraordinario. Mi correo. marcelasogamoso@yahoo.es
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