Quizás por aquello de
las dos mujeres de Adán, el hecho es que entre las creencias religiosas de los
aborígenes del nuevo mundo y la Biblia hay semejanzas que llaman la atención.
Por ahora ocupémonos de la que existe entre lo que narra el Génesis sobre el
árbol de la ciencia del bien y del mal y lo que dice el Popol-Vuh o el libro de
la comunidad de los indios Quichés. Dice la Biblia que tomó Dios al hombre y a
la mujer y los puso en el jardín del edén y les dio este mandato: “De todos los
arboles del paraíso puedes comer, pero del árbol de la ciencia del bien y del
mal no comáis de él, ni le toquéis siquiera, no vayáis a morir.” Y luego narra
cómo fue desatendida esa prohibición, y sus consecuencias. El Popol-Vuh, la
Biblia, por llamarlo así, de los indios Quichés hace un relato similar y cuenta
como una joven oyó la historia de las frutas prohibidas se maravilló
grandemente de tal relato y dijo: “por qué no iría yo a ver ese árbol del cual
habláis?”, como fue engañada para que las comiera, como las comió y sus
consecuencias, entre las cuales está el descubrimiento de la cochinilla que
produce un tinte rojo, similar a la sangre, pero que se empleó para salvar la
vida de la mujer. Está fue condenada a muerte y quienes debían ejecutarla
tenían que llevar, en prueba su corazón en una urna; pero ella consiguió que no
lo hicieran y que pusieran en su remplazo el fruto de un árbol. “y roja la
savia del árbol fluyo en la copa, se hinchó allí y se volvió bola en remplazo
del corazón, brotando salió la sabia del árbol rojo, semejante a sangre, la
sabia salió en cambio de la sangre… entonces el árbol se volvió célebre a causa
de la adolecente y fue llamado árbol rojo de la Cochinilla.”
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