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lunes, 23 de julio de 2012

Capítulo 39. Tras de cuernos, palos


Don Miguel de Cervantes Saavedra, el padre de nuestro idioma el mejor novelista de la lengua castellana, el creador del inmortal Quijote, puede   haber sido también el creador de un antepasado de un personaje histórico de América: del primero que proclamó y trató de lograr, la libertad del Nuevo Mundo, y así creador de un antepasado de uno de los sindicados. Narra Don Miguel el caso de un marido de apellido Aguirre, como uno de los procesados que, conocedor de que su cónyuge le era infiel, conocedor de que “le ponía los cachos”, se propuso castigarla y a su cómplice, pero la situación se le invirtió y quien resultó apaleado fue él. De ahí el título: “Tras de cuernos palos”.
Pues bien: algún tiempo después, en 1534, al parecer enrolado con los hombres que trajo de España Rodrigo de Durán, desembarcó en el Nuevo Mundo, concretamente en Cartagena, una persona, una entre tantas, que bien pudo ser la del relato cervantino y quizás, antepasado de uno de los procesados, el portador del gen de la violencia y de la libertad para quien la pérdida de una vida humana, especialmente en la Amazonía, así fuera la de un Capitán General, no valía nada: me refiero a Lope de Aguirre, personaje de una grandeza épica indudable sucesivamente llamado “El loco”, “El traidor” y “El peregrino”, que en un inexplorado rincón amazónico, Machifaro, y luego en la Orinoquía, en Nueva Valencia, se dirigió así a Felipe II, el rey en cuyos dominios no se ponía el sol, al rey más poderoso del mundo: “Rey Felipe, natural español, hijo de Carlos invencible: Lope de Aguirre, tu mínimo vasallo, cristiano viejo, de medianos padres, hijodalgo, natural vascongado, en el Reino de España, vecino de la Villa de Oñate…para mí y mis compañeros no has sido sino al contrario, cruel e ingrato a tan buenos servicios como has recibido de nosotros… Avísote, rey español, que he salido, con mis compañeros de tu obediencia, desligándonos de nuestra tierra que es España, para hacerte en esta la más cruda guerra que nuestras fuerzas puedan sustentar y sufrir…”. Ocurrió esto en la región del Casiquiare, en la Amazonía y la Orinoquía, la región de La Rubiera. Por eso quizás hay entre los procesados un descendiente de Lope de Aguirre: el hombre cruel, despiadado, asesino, que mató hasta su propia hija, pero amante, como los llaneros, de la libertad. Como la historia la escriben los vencedores, no se ha dicho que esa fue la primera y más radical acta de independencia de un territorio americano y que Lope de Aguirre, el hombre cruel, despiadado, asesino, que mató hasta a su propia hija, pero amante, como los llaneros de la libertad fue el precursor. No se ha dicho que esa fue la primera y más radical acta de independencia de un territorio americano y que Lope de Aguirre fue el precursor de la independencia del Nuevo Mundo, por allá en 1560, dos siglos y medio antes que la proclamaran, con menos franqueza y fuerza, Antonio Nariño, Antonio de Miranda, Bolívar, San Martín y demás próceres de la independencia.

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